El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó que el país cuenta con más de 5,000 misiles antiaéreos rusos Igla-S, distribuidos en puntos estratégicos para proteger la soberanía y mantener la estabilidad interna. El anuncio se realizó en un contexto de tensión por el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, situación que Caracas considera una amenaza para su régimen.
Maduro destacó que los sistemas Igla-S son una de las armas más potentes dentro del arsenal venezolano de defensa aérea. Además, mencionó la existencia de equipos de simulación destinados a entrenar a miles de operadores, fortaleciendo la capacidad operacional de las fuerzas armadas en todo el territorio.
La presencia militar de Estados Unidos en la región se ha justificado oficialmente bajo la lucha contra el narcotráfico, argumento rechazado por el gobierno venezolano, que lo interpreta como una estrategia para desestabilizar al país. Esta situación mantiene la tensión geopolítica en el Caribe y la región circundante.
El fortalecimiento del sistema de defensa venezolano con estas unidades antiaéreas señala una escalada en el contexto de seguridad regional, lo que podría influir en futuras dinámicas políticas y militares entre Venezuela, Estados Unidos y otros actores internacionales.


